Cómo organizarme en el último año del bachillerato y prepararme para la universidad. No sé tú, pero cuando entré a mi último año de bachillerato sentí que tenía que ser superhéroe, adivino y robot al mismo tiempo. Entre los exámenes, los trabajos, la presión familiar y la gran pregunta existencial: ¿qué voy a estudiar?, todo parecía un cóctel de estrés con cafeína.
Spoiler: sí se puede sobrevivir al último año y llegar entero a la universidad. La clave está en la organización (y en respirar hondo más veces de las que piensas). Así que si estás en esa montaña rusa, te comparto lo que me funcionó y lo que ojalá alguien me hubiera dicho antes.
1. Aclara tu meta: ¿qué quieres estudiar y dónde?
No puedes organizarte si ni siquiera sabes a dónde vas. Así que antes de armar agendas y horarios, dedícale tiempo a descubrir tu rumbo. Pregúntate:
¿Qué me gusta hacer?
¿En qué materias me va mejor?
¿Qué tipo de vida me imagino?
Busca info sobre carreras, habla con gente que ya estudia eso que te interesa, haz tests vocacionales (hay muchos gratuitos en línea), y compara universidades. Piensa en cosas como la ciudad, las becas, el ambiente… ¡todo suma!
2. Haz tu calendario maestro
Sí, suena aburrido. Pero un buen calendario puede ser la diferencia entre tener control o sentir que te pasa una aplanadora por encima.
¿Qué tiene que tener tu calendario?:
Fechas de exámenes.
Inscripción a universidades.
Charlas, ferias o visitas a facultades.
Tiempo de estudio por materias.
Yo usé Google Calendar (porque se sincroniza con el celu), pero también puedes armarlo en papel o con una app tipo Notion. Lo importante es ver todo de un vistazo y no confiar en “me acuerdo”.
3. Estudia sin quemarte
Acá va una gran verdad: estudiar más horas no siempre es mejor. Lo que importa es la calidad. A mí me salvó el famoso método Pomodoro: 25 minutos concentrado + 5 minutos de pausa. Repetís eso 4 veces y después te tomas un descanso largo.
También te recomiendo:
Hacer mapas mentales (sí, aunque dibujes feo).
Usar fichas o tarjetas para repasar.
Priorizar lo más importante según la carrera que elegiste.
Y por favor: no estudies todo la noche anterior al examen. Tu cerebro te va a odiar.
4. Prepara tus exámenes de ingreso (si te tocan)
En algunos países, como España, hay que rendir pruebas tipo la EBAU. En otros, las universidades tienen sus propios exámenes. Averigua con tiempo qué vas a necesitar y arma un plan aparte solo para eso.
Simulacros, guías, videos en YouTube… hoy hay un montón de recursos. Pero no te llenes de cosas, elige bien y sé constante.
5. Arma tu carpeta “salvavidas”
Este fue mi truco ninja. Compré una carpeta con fundas plásticas y guardé ahí todos los papeles importantes:
DNI o documento de identidad.
Certificados de notas.
Constancia de estudios.
Comprobantes de inscripción.
Además, hice una versión digital en Google Drive. Así, ante cualquier cosa, ¡ya tenía todo a mano!
6. Pide ayuda (sí, está bien hacerlo)
No tienes por qué resolverlo todo solo. Habla con tu profe orientador, con tus padres, con exalumnos o incluso con gente en redes que ya haya pasado por eso.
A mí una feria universitaria me abrió la cabeza. Vi opciones que ni sabía que existían. Y créeme: a veces una conversación te puede ahorrar meses de dudas.
7. Tu salud mental no es negociable
Mira, esto es clave: no sos una máquina. Vas a tener días en los que sientas que no puedes más. Está bien. Descansar también es parte del proceso.
Haz cosas que te gusten, salí a caminar, baila, escucha música. Dormí bien. No te compares con los demás. Cada quien tiene su ritmo.
Y si la ansiedad se te va de las manos, hablá con alguien profesional. No estás solo.
8. Mantén viva la motivación
Cuando te sientas bajoneado, visualiza ese momento en el que entras a la facultad, ese primer día en la carrera que elegiste. Piensa en eso como tu brújula.
A mí me sirvió premiarme por pequeños logros: una peli, una merienda rica, salir con amigos. Porque no todo es estudiar, también hay que disfrutar el camino.
Conclusión: Vas bien, sigue así
Organizarte en tu último año del cole no significa tener todo bajo control las 24 horas. Significa ir paso a paso, con intención y constancia. Equivocarse es parte del proceso. Lo importante es no quedarse quieto.
Así que si hoy estás medio perdido, sin ganas o sin saber por dónde arrancar, empieza por lo simple: una hoja, un lápiz, y una meta en mente. El resto se va acomodando.
Nos vemos en la uni. 😉